Vuelve a sonreír, pequeño, ¡vuelve a sonreír para mí!
Que los cristales que abres a la luz del día se conviertan en finas pinceladas de sepia,
Que el marfil de tu alegría se revele una vez más al mundo que lo anhela;
Que los murmullos entrecortados sean una sola voz cantante, una risa, un saludo,
Y que las minúsculas ventanas que permiten divisarnos se atraviesen como espejos, salvando toda posible distancia, avanzando unos pasos más para alcanzar las estrellas con la yema de los dedos.
Vuelve a sonreír, amigo mío, ¡vuelve a sonreír para mí!
SUENA: Sing for Your Supper — The Mamas and the Papas
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