Tenía que suceder tarde o temprano, ¿no? La súbita inutilidad de una lista colorida y amigable ha hecho que migren los usuarios en busca de la comodidad perdida. Empecé a usar Bloglines no recuerdo por qué, pero TOL me parecía mucho más fácil de usar. La idea de recolectar cada dirección de blog en busca de su feed no me atraía en absoluto. Contradiciendo mi espíritu curioso de usuaria no calificada de computador, no intenté entender el modo de empleo de Bloglines (apenas encontré el blog de dersteppenwolf, el cual ocupó un solitario lugar en mi lista de feeds) y me desentendí del asunto.
Claro que esta condición no perduraría más que un par de meses. TOL dejó de funcionar y empezaron a aparecer manifestaciones de la creciente popularidad de Bloglines entre los miembros de la Sleeping [in a deep coma] List. Al fin, movida por la necesidad de posts frescos y la falta de compromiso con el problema de la identidad en la obra de Alejandra Pizarnik, me metí a Bloglines. Recordé fácilmente mi nombre de usuario y clave, y ¡oh, sorpresa! ¡Todo era más fácil que antes! Perdí la noción de tiempo y espacio mientras me aprovisionaba de todos los blogs leídos y por leer; los que me gustaban y los que no, los que leía para gastar inútilmente el tiempo y los que me hacían sentir que el gasto no era tan fútil, de TOL y externos; lo organicé todo en diversas carpetas y quise reorganizarlo una vez más, intenté meter algunas páginas que no eran propiamente blogs, lamenté no hallar el modo de ver TOL Talk por medio de la otrora desdeñada página, en fin. Sólo me resta declarar con voz y acento de compradora satisfecha de equipos de gimnasia por televentas:
Desde que me cambié a Bloglines mi vida de blogger se ha vuelto mucho más fácil, más placentera. ¡Gracias, Bloglines!
(…)
Son las 6:30am, y el problema de la identidad en la obra de Alejandra Pizarnik no encuentra solución ni descripción ni interés alguno de mi parte.
SUENA: My Brain Tells My Body — The Vandals
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