Un día en el colegio, M. (compañera de clase) nos cogió la mano a varias y, examinando no sé cuál de todas las sinuosidades de la palma, se puso a dictaminar quién sería buena en la cama en el futuro. Cuando me llegó el turno —no sé qué hacía yo ahí—, M. se desternilló de risa y dijo que yo sería frígida.
Ah, bueno. Menos mal.
Jajajajaja!
Sí claro, pffffff
Jajajajajaja!!!